Para satisfacer la creciente demanda, se están estableciendo nuevos instrumentos financieros, como bonos verdes e instrumentos del mercado de carbono, junto con nuevas instituciones financieras, como bancos y fondos verdes. Juntos, estos instrumentos e instituciones constituyen finanzas verdes.

En términos simples, las finanzas verdes implican involucrar a los mercados de capital tradicionales en la creación y distribución de una gama de productos y servicios financieros que brindan retornos invertibles y resultados ambientalmente positivos. Esto implica internalizar las externalidades ambientales y ajustar las percepciones del riesgo para impulsar las inversiones amigables con el medio ambiente y reducir las nocivas para el medio ambiente. La promoción de las finanzas verdes a gran escala y económicamente viable ayuda a garantizar que las inversiones verdes tengan prioridad sobre las inversiones habituales que perpetúan patrones de crecimiento insostenibles.

El enfoque puede estar en la ecologización del gasto en infraestructura existente o la movilización de inversiones adicionales en sectores clave, como energía limpia, transporte sostenible, gestión de recursos naturales, servicios de los ecosistemas, biodiversidad, turismo sostenible y prevención y control de la contaminación.

La importancia de las finanzas verdes

Según un análisis reciente del ADB, los países en desarrollo de Asia deberán invertir 1,7 billones de dólares anuales en infraestructura entre 2016 y 2030. Esta estimación cubre el transporte, la energía, las telecomunicaciones, el suministro de agua y el saneamiento y otra infraestructura urbana.

Las inversiones en estas áreas deben ser ecológicas si los países asiáticos en desarrollo quieren lograr un desarrollo sostenible en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Para ayudar a lograr este resultado, las finanzas verdes abordan algunas de las deficiencias de los mercados y el sistema financiero, incluidas las siguientes:

. Los costos y beneficios de las actividades económicas, como la contaminación del aire y el agua, no se internalizan en el sistema de precios.

. Los bancos generalmente no están dispuestos a otorgar préstamos para proyectos de infraestructura sostenible a largo plazo.

. Los inversores ambiental y socialmente responsables no saben en qué empresas invertir debido a la falta de información.

. Los inversores no cuentan con los datos de referencia o las herramientas analíticas necesarias para evaluar las inversiones en proyectos verdes.